ACL: Las Tres Letras Que Ningún Deportista Quiere Escuchar

ACL: Las Tres Letras Que Ningún Deportista Quiere Escuchar

Las lesiones de rodilla son comunes en deportistas debido a la gran fuerza generada durante los movimientos. Existen cuatro ligamentos que actúan como cuerdas fuertes para mantener la rodilla unida y estable. Uno de los más importantes es el ligamento cruzado anterior (LCA).

La función del LCA es brindar estabilidad máxima a la rodilla y evitar que la tibia (hueso de la espinilla) se deslice hacia adelante sobre el fémur. Se ha convertido en una de las lesiones más temidas y frecuentes entre los atletas. Las rupturas del LCA requieren una rehabilitación prolongada, lo que la convierte en una de las lesiones más difíciles de superar.

¿Cuál es la función del LCA en la rodilla?

El LCA es uno de los dos ligamentos cruzados que estabiliza la articulación de la rodilla evitando el desplazamiento excesivo de la tibia hacia adelante y los movimientos rotacionales.¹ También ayuda a limitar la rotación interna, especialmente cuando la rodilla está casi extendida por completo.²

Lamentablemente, es una de las lesiones más comunes en el deporte y no se cura por sí sola cuando se rompe. A diferencia del ligamento colateral medial (LCM), que tiene mejor irrigación sanguínea y suele sanar sin cirugía, el LCA generalmente requiere intervención quirúrgica. La clave para prevenir estas lesiones está en reducir el impacto en la articulación de la rodilla.

Signos y síntomas de una ruptura del LCA

Existen tres formas típicas de lesión del LCA:

  • Contacto directo
  • Contacto indirecto
  • Sin contacto

Aproximadamente el 70% de las rupturas del LCA ocurren sin contacto directo.³ Esto suele suceder con un cambio brusco de dirección, variación de velocidad con el pie apoyado, desaceleración rápida, saltos o giros. Estas lesiones se clasifican por grados:

  • Grado I: Las fibras del ligamento están estiradas, pero no rotas. Hay estabilidad en la rodilla con leve hinchazón o sensibilidad.
  • Grado II: Ruptura parcial. Puede haber inestabilidad, dolor e hinchazón.
  • Grado III: Ruptura total. Hay inflamación, pero menos dolor porque también se rompen las fibras nerviosas. Se nota inestabilidad en pruebas clínicas.

¿Quiénes corren riesgo de sufrir lesiones de LCA?

Las personas más afectadas son aquellas que practican deportes. El grupo de mayor riesgo está entre los 14 y 19 años. Las mujeres atletas tienen mayor probabilidad de sufrir estas lesiones por varias razones:³

  • LCA más pequeño y muesca intercondilar más estrecha
  • Pelvis más ancha y mayor ángulo Q (lo que aumenta la inclinación del fémur hacia la rótula)
  • Ligamentos más laxos por mayor elasticidad
  • Menor fuerza en isquiotibiales respecto a los cuádriceps, que actúan como estabilizadores secundarios del LCA

¿Qué tipo de movimientos provocan una lesión de LCA?

La mayoría de las lesiones de LCA ocurren durante actividades sin contacto, como:

  • Cambios de dirección o velocidad con el pie fijo
  • Desaceleraciones bruscas
  • Saltos y giros
  • Golpes directos en la parte frontal de la tibia

Un patrón común en estas lesiones es la alineación dinámica de la rodilla hacia adentro y el pie hacia afuera, generando una fuerza en valgo. Entrenar la fuerza de caderas y glúteos puede ayudar a reducir este tipo de alineación peligrosa y prevenir lesiones.

¿Se puede caminar o correr con una ruptura del LCA?

Una de las características más sorprendentes del LCA es que muchos atletas logran caminar por su cuenta después de lesionarse. En rupturas de grado III, las fibras nerviosas también están rotas, por lo que el dolor puede no ser intenso después del shock inicial. Los síntomas típicos incluyen:

  • Sensación de "pop" doloroso en el momento del trauma
  • Hinchazón inmediata en la rodilla
  • Dolor o limitación en el rango de movimiento
  • Posible daño al menisco medial asociado
  • Sensación de inestabilidad o que la rodilla “falla” al moverse

Las lesiones son parte del deporte, pero el LCA es especialmente devastador debido al largo proceso de rehabilitación. Este tipo de lesión es muy común en jóvenes entre 14 y 19 años y ocurre con mayor frecuencia en mujeres.

Los atletas en proceso de recuperación pueden beneficiarse del uso de la ZAMST ZK-Protect, una rodillera de neopreno cómoda y con gran soporte. Ya sea que estés rehabilitándote o buscando prevenir una lesión de LCA, proteger tus rodillas es esencial. Zamst ofrece la combinación perfecta entre comodidad y estabilidad para que sigas disfrutando del deporte que amas.

SOBRE EL AUTOR

Evan Jeffries es fisioterapeuta con doctorado en Terapia Física (DPT) por la University of St. Augustine for Health Sciences. Fundador de Evolving Motion, posee amplio conocimiento del sistema musculoesquelético y ha tratado muchas condiciones ortopédicas con un enfoque proactivo en salud y estilo de vida. Actualmente es analista de lesiones deportivas en redes sociales, especialmente sobre lesiones en jugadores de la NBA.

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Referencias

  1. Yoo H, Marappa-Ganeshan R. Anatomía, Pelvis Ósea y Extremidad Inferior, LCA. StatPearls Publishing.
  2. Fleming BC, et al. Efecto de la carga sobre el LCA. J Biomech. 2001.
  3. Renstrom P, et al. Lesiones de LCA sin contacto en atletas femeninas: declaración del COI. Br J Sports Med. 2008.
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